Sunday, June 02, 2013

Fugazzeta, barba y provolone.




Hay días donde no sabes qué querés almorzar. Desde algún lugar remoto de tu cerebro, te inclinaste por ingerir carbohidratos. Pensaste, es viernes, no vendría para nada mal acumular calorías, el invierno se anuncia desgarrador de tanto frío, es un buen momento para acopiar y templar al gordo que llevamos dentro. Mejor dicho, a males del alma, carbohidratos sanadores podrán ayudar.

Si bien Buenos Aires está en el proceso al 21 de julio, aún el invierno no se hace sentir. Apenas unas gotas molestas que provocan cubrirse las cabezas, intentan tímidamente despertar bajas temperaturas. El viento que sube por Talcahuano a la altura de Santa Fé, se torna arremolinado, te envuelve y te hace crujir los huesos, son segundos, pero se siente.

En 30 pasos, y pasando la puerta de madera, los señores de blanco, que sin ser pastores o sanadores, saben como curar una falencia afectiva, te ubican en mesas diminutas, con sillas que de comodidad solo tienen el ímpetu.


La espera se hace amena cuando te dedicás más de dos minutos a recordar las tapas y las notas que descansan sobre las paredes. Es como una megatrivia contra uno mismo, interpretando imágenes, deportistas de shorts ajustados, tenistas argentinas, modelos, boxeadores, todos ignotos y famosos, como los personajes que describíó Osvaldo Soriano en “Artistas, Locos y Criminales.”


La elección fue certera, “Fugazzeta rellena, jamón y muzzarela.” Pasaron apenas unos minutos y la comanda se convirtió en realidad. Soberbia, con presencia, el  hombre de blanco la dejo sobre la mesa diminuta, estaba indefensa y herida de un corte, así quedó dispuesta a ser saboreada.

Casi como una sesión amatoria, la seducción de los cubiertos, se deslizaban entre el corte y la pausa. Subirla al tenedor, una caricia de cuchillo para permitir enrollar la "muzarela" sobre el culito de harina y levadura.


Hasta aquí una crónica gastronómica, porteña y de elección. Y como de elegir se trata, y la moda es parte de elecciones, al menos de gustos y pareceres, el humano que pertenece a este relato, a modo de virilidad masculina demorada, intenta desaromatizar la barba rala y canosa que dan los cuarenta. Los edores de las fieles cebollas, combinadas con la majestuosidad que aporta la muzarella, forman un bloque de aromas que invade lentamente la barba del adulto que la profesa.


Si bien los recuerdos, son momentos que se guardan en la memoria visual o en la alegría olfativa, las canas del protagonista no fueron suficientes para generar en ningún comensal un típico saludo argentino. Y ese beso con aroma de fugazzetta quedaría para la posteridad, guardado bajo siete llaves, durmiendo el sueño de los justos. Mientras tanto, ellos, los de la mesa del fondo, sin miedo al sabor que deja el provolone de la pasión, no dejaron de amarse.




Thursday, May 23, 2013

Las cosas suceden (y punto)



¿Acaso se puede impedir que llueva en abril?
¿Alguna vez intentaste frenar el sol?
La luna, tantos poetas, ¿pudieron bajarla?
¿Y el fuego?, siempre se apaga, ¿no?



En cambio, sí podemos impedir mojarnos.
También logramos guarecernos del sol o aprovecharlo y templarnos.
A la Luna podemos ir, pocos, pero podemos. Sino, solamente contemplarla.
Y para no apagar la flama, hay que alimentarla, avivarla, trabajarla, sean fueguitos o fogatas, hay que saber dirigirlas. O te prendés fuego o entibias tu alma.

No escapemos de los sucesos. Hay que enfrentarlos.
Podremos salir heridos, magullados, pero evitemos escapar.
Quizás, lo que hacemos es tomar aire para embestir.
A lo mejor, corremos de costado, para tomar envión con fuerza.

Sí “aquello” llegó a tu vida, en algúna esquina del destino, vas a encontrar las respectivas explicaciones. No trates de evitarlo, sino se multiplicarán por miles hasta impactarte y hacerte ver, que nada sucede en vano.

Ahora, relajate. Respirá. Mirá por los costados.
Plegate por la cintura hasta tocarte las puntas de los pies y convertirte en una sola cosa. Volvé a pararte y preparate para recibir lo que nunca imaginaste.
Tu destino.


Wednesday, May 08, 2013

Mi pasado me traiciona.



Esta será mi segunda entrada al blog desde que lo he tuneado en el modo 2013.

Acá en Magdalena, todavía no ha pasado la medianoche, sin embargo en mi Maquinista Savio adoptivo, sí ya los vampiros han salido a cazar almas perdidas y jugosas.

Pero en esta ocasión, vengo a ofrecerles un relato, corto sobre como el pasado traiciona cada vez a las generaciones que hemos crecido en esto que se ha dado en llamar, la era de la información digital, o como algunos suelen llamar, la Big Data.

Durante las últimas semanas, el ex-CEO de Google, el excelentísimo algoritmo Eric Schmidt, ha comentado que la versión actual de Internet, necesita cada vez más un botón de D-E-L-E-T-E.

Y por qué, se preguntaran ustedes, desde la comodidad de sus dispositivos móviles? Simple, cada vez hay información disponible de todos nosotros en lugares públicos de la red. Desde el simple like a esa fan page de autos o con el comentario a tu ex-compañero de trabajo sobre la última película de 20th Century Fox, estamos dejando huellas digitales de todo lo que hacemos y de todo lo que nos gusta.

El concepto que se acuño a finales de los 80s y que se consagró en la primavera noventosa de sacos armani color fluo, CRM y DATA BASE MARKETING, hoy se consigue con una buena aplicación que permita rastrear datos por distribución semántica, ojo, la app debe ser poderosa. Casi tan poderosa como la aplicación ORACLE que Tony Stark usa en Iron Man 3 para detectar el accidente que ha sufrido su guardaespaldas.

Además, la información que no usamos (me recuerda a un programa argentino de los ochentas -El país que no miramos-) queda en algún lugar de SION (internet) dando vueltas, que cualquier navegante paciente, con esfuerzo y links puede encontrar.

Así también, Google con su algoritmo Panda, "penaliza" a los sitios que no actualizan contenidos y solo están allí, de adorno para los buscadores (granjas de contenidos).

Y ni hablar, de los programas de chats, que dejan TODO, sí T-O-D-O el historial de charlas con todos los contactos en algún lugar de la computadora...

Por eso, mis queridos camaradas, hoy más que nunca debemos cuidar bien la información, saber bien a dónde comentamos, qué decimos y con quién hablamos, ya que el pasado hoy es reciente y cada vez nos condena más.





Viajes, enteros y eternos.

Es tiempo de agradecer.

Llevo 14 años trabajando de lo que me gusta. Desde aquel primer día en
e-volution, aprendiendo a categorizer sitios web para subirlos a RaDar, hasta hoy, esta interface de medios, agencia, asesor, independiente, cliente, todo eso que me permite afrontar las responsabilidades de guiar a toda una familia hermosa del norte del conurbano bonaerense.

 He acumulado más de 75 mil millas, entre Ezeiza y el aeropuerto Jorge Chavez. Siete días por semana, durante un año, doce meses de visitas, de charlas, de ceviches, de lomos, de presentaciones, de planillas de medios, de performance, de estar lejos de los totos, de dormir con horarios eternos, de vivir.

 Nunca he agradecido a los amigos limeños que me lo permitieron, desde “Pilay” hasta Gaby, pasando por el grupo de renegados digitales, NatiOs, Sarita, Carlitos “Caroso” y recién arrivado a la fuerza, Dani “Kenovi” Guevara como nuevo comandante de la nave nodriza.

 Y como en los tiempos modernos que nos toca surfear, los homenajes pasan por dejar escrito en “piedra” lo que uno piensa, este es mi homenaje a todos los que me han bancado todo este año, desde mis laderos argentinos hasta los nuevos amigos limeños, esos que me ayudan a hablar menos gringo y más perucho. Se viene mis últimos viajes a la ciudad inka, así que mi más profundo homenaje, a todos los que me hicieron vivir estos 12 meses de aventura limeña. Gracias, simplemente eso. Gracias.

Sunday, April 21, 2013

¿Hola, hay alguien por allí?

Siempre me gustó hacer metáforas, la vida, las olas, los movimientos. Mañana se inicia una nueva temporada en mi vida profesional. Voy a ingresar a la vida corporativa, nuevamente, pero esta vez como cliente. Así que estoy preparando la tabla, ya que mañana empiezo a surfear nuevas olas. Por eso, arranco una nueva temporada de posteos en Asado De Tira, un lugar que supo darme muchas alegrías. Si están todavía por ahí, atentos, pronto, se viene el relato desde adentro en la vida de un cliente, pero con ojos de un ex-agencia de publicidad. Será otro experimento más. Mientras tanto, hago un paréntesis, para ver a Jorge Lanata y su PPT para ver como termina el #FariñaGate. Latre, surfeando bits pateando átomos.