Thursday, July 27, 2006

Los Borrachos del Tablón

Hoy en Clarín.com Luis María Hermida publicó una nota titulada "¿En qué se parecen un publicista y un barra brava?¿eh?" que la transcribo, ya que manifiesta en el sentir popular lo que yo hago día a día en mi hermoso, divertido y agitado empleo. Es como decir "Es un sentmiento no puedo parar....olé olé olé olé olé olé olá"Enjoy!

"¿En qué se parecen un publicista y un barra brava?¿eh?"
Por Luis María Hermida

Toda publicidad es un estímulo. En un sentido más amplio, cualquier comunicación lo es. Un estímulo de órdenes muy diversos capaces de apuntar a un sinfín de objetivos: informar, persuadir, comunicar, convencer, seducir, inducir, tentar, impulsar, mover, instar, cautivar, atraer, instigar, animar, encantar, captar, promover, invitar, fascinar, provocar. Y siguen las firmas. El cúmulo de exhortaciones que conforma la maquinaria publicitaria en su conjunto, aún en la singularidad de cada uno de sus componentes, reconoce matices comunes que responden a un cierto imaginario colectivo.

En otras palabras, más allá que la publicidad sea una sofisticada búsqueda sistemática por diferenciarse -del otro, del resto-, no es raro encontrar elementos comunes provenientes ya no de una creatividad específica, sino del medio al que va dirigida y que le da legitimación y sentido. Un ejemplo de esto es lo que se ha podido ver de un tiempo a esta parte con exhortaciones tales como: "Adelante" (campaña del Banco Francés), "No corre, avanza" (nuevo comercial del Peugeot 307 Sedan) y todos los "¡Arriba!" del spot de la gobernación de la provincia de Buenos Aires en el aire por estos días. Esta suerte de compendio de estímulos "up" –también llamados mensajes-arenga-, y más allá del sentido literal que en algunos casos puedan tener (como en el de Peugeot que, tratándose de un auto, efectivamente puede "avanzar"), tienen mucho más que ver con la respiración social del momento que con la creatividad publicitaria específica.

En estos casos la tarea del publicitario es la de buscar capitalizar ese espíritu comunitario transformándolo en una apelación positiva en beneficio de un producto. No es muy distinto a lo que hacen habitualmente. La diferencia radica en que, mientras siempre lo hacen en función del universo –real o potencial- de consumidores de tal o cual producto, en estos casos, el universo aunque solo sea a los fines apelativos, lo conforman todos. No hay que ver en esto una claudicación creativa ni tan siquiera una escasez de originalidad. La publicidad es una expresión que siempre sigue el "humor" de la gente.

Hablando del "humor" en un sentido social y profundo. Porque a diferencia de otras manifestaciones que sí pueden hacerlo, no está en su naturaleza la posibilidad de confrontar ni cuestionar ningún aspecto de la realidad. Por eso, en publicidad no es posible la existencia del concepto de vanguardia. Puede sí haber gente que hace cosas antes que otros, y si se quiere, abre o marca caminos, pero el principio de reacción que implica cualquier noción de vanguardia, le está vedado por definición.

La compulsión al optimismo que propone la línea de mensajes-arenga ("Vamos", "Adelante", "Sí", "Todos juntos") no difiere, conceptualmente, del profundamente más prosaico pero no por eso menos persuasivo "¡Griten, putos!" de algún conspicuo barra brava trepado a un paraavalanchas de una tribuna pidiendo el aliento de todos para el equipo. Es posible que en una tribuna nadie grite mucho más porque alguien lo conmine (salvo que el "goruta" esté al lado de uno y no quede otro remedio).

De la misma manera, y por seguir uno de los ejemplos citados, nadie va a percibir la prosperidad de una provincia a partir de una arenga voluntarista de vivas y hurras. En el mejor de los casos, el barra brava, como la publicidad, solo han de ser emergentes de un estado general de cosas latente, vehiculizando de alguna manera necesidades y demandas. En un caso de un equipo; en el otro, de una sociedad necesitada de confiar.

Friday, July 21, 2006

Efecto Braveheart


Si señores, llegó la hora de saber que carajo es el "Efecto Braveheart" no hay que confundirlo con Erhart, que es un muchacho simpático que está de paseo por Puerto Rico, no, no es este el efecto.

Este efecto, lo rescaté hace un año de un personaje que conocí en esta hermosa estadía en la isla del encanto. Una noche de esas, donde estábamos pensando soluciones creativas para clientes para nada creativos, se nos cruzó el "Efecto Braveheart".

Así como está el "Efecto Mariposoa", que trata sobre el ir y venir en el tiempo arreglando problemas humanos y corrigiendo lo colateral de cada arreglo, el Efecto Braveheart trata sobre todo lo contrario.

Tampoco es un efecto amoroso, ni mucho menos romántico ni de bravía, es un efecto que trabaja sobre la cobardía de las masas y sobre la bravura de los inconcientes, la bravura de los rebeldes que a pesar de las inclemencias del tiempo, cargan la pelota entre sus manos y se lanzan sobre el in-goal de la vida.

Imaginen la escena donde un capítán, de lo que sea, de un equipo de fútbol, un medio-scrum parado entre 14 forajidos, un general arengando a su tropa sudada, lista para la batalla hace un hermoso y cargado discurso que vomita victoria. Imaginen valores equivalentes a una vida, a una entrega de almas por una causa -por más noble que sea- perdida , a medida que cada verso se hace carne, la gente que escucha comienza a gritar, a puntear los botines sobre el piso, el acelerado ritmo, la batalla se aproxima, el sudor en las palmas de la mano, el nerviosismo se acompaña de tus piernas, un hormigueo te recorre la espalda, palos y espadas golpean el piso seco y duro, gritos, aullidos, tiburones -o algo así- que huelen sangre, brazos en alto, la voz del gran Jefe ordena ir a la carga, estruendo, nubes de humo, y la maldita vuelta que convirtió en sal a los que huían de Jericó, hacen que el gran Jefe se de vuelta, y en lugar de convertirse en sal, se le viene el mundo abajo. Un apático enemigo....y detrás de él...ni los chanchos.

Alguna veces, la del gran héroe funciona, pero en la mayoría, mis amigos, la historia no tiene secuela. Los brave heart mueren en el campo de batalla, mueren en su causa, pero mueren, y saben qué? no son inmortales y al día siguiente, ni una remera se acuerda de ellos.

El efecto Brave Heart, una lección que se aprende con la muerte, quizás, tengas la suerte de resucitar, pero para eso, tenés que estar en las filas del Padre Lombardero.

Wednesday, July 12, 2006

Versiones


Durante toda la historia de este hermoso y humano mundo, siempre los hombres, en post de explicar situaciones, historias, enredos, encuentros, dieron y trabajaron 2 versiones de un mismo hecho.

En el matrimonio, “me divoricié por culpa de él…” y vos?? Que eras actor de la novela ó no tuviste nada que ver en todo eso?, siempre la culpa se la pasamos a otro, como si fuera una bola en fuego que pasa de mano en mano hasta el fondo de la línea sin que nadie la agarre, hasta que termina perdiéndose en noches lejanas de testimonios absueltos de verdad.

“Invadimos Polonia por que en el tratado de la 1er Guerra, no nos dieron suficiente territorio… ” “Pero ella me provocó!, te juro que yo no hice nada…” “Perdimos la cuenta por que el cliente no nos aprobó la idea”; “El cliente es un hdp y mala persona, nosotros no tenemos nada que ver…” ok, el resto, actores de la vida? Como dicen los Divididos “Que no soy actor de lo que fui”…

Recién, a modo de conversación con un amigo (a pesar que en los trabajos uno amigos no hace, pero bueno, existe la excepción a la regla), me contaron una historia, que también tiene 2 versiones, y una de las 2 versiones, tiene una deformación de la realidad que amenaza contra reputaciones, personalidades, leyes, estructuras. Y qué? como hay personas que necesitan de esa versión para manipular su presente, hay víctimas que podrían sufrir por esa versión.

Y como si fuera una ruina circular, donde todo vuelve al principio ó al final, y viceversa, la realidad -que es una construcción del presente y que luego se archiva en folders que se llaman historias- no es más que la visión de alguien que quiso obtener un beneficio de esos hechos.

Si estuve tomando vino? No, para nada, solo me tomé 20 minutos para reflexionar sobre cuestiones que nos rodean en el día a día, sobre las versiones. Y para citar a algunos filósofos de la vida, Juan Carlos Baglietto en Tiempos Modernos decía “…la historia la escriben los que ganan, lo demás es otra historia…” que también lo podés escuchar en la versión melosa de Silvina Garré, ya ven 2 versiones…