Tuesday, July 01, 2008

El efecto Georgina


De sociólogo barato tengo mucho, aún cuando llevo a mis hijos a la plaza a jugar, generalmente los domingos a la tarde, vamos caminando, 4 cuadras charlando sobre la vida (la de ellos dos personistas de 4 y 5 años). El power verde, las divinas, la "lonchera" de la escuela, "no papi, es la vianda". Llegamos hace 6 meses de la aventura boricua y los chicos cambiaron el disco rígido y el lenguaje de su teclado virtual, dejaron de pronunciar la elle y le pusieron YE a todo.
La escuela, los ratos en la plaza, y de allí que viene éste bonito post.
Sofi trata de pasar sus manitos por el pasamanos, semana a semana, como un ritual avanza 1 casilla en el juego. El Toto, uno de los mil nombres que le pongo a mi pequeño hombrecito, mi guardaespaldas, es como un guía espiritual de 4 años. El pequeño, se tilda y juega armando y destruyendo castillos de arena, arena industrial de la plaza, imagina mundos de piratas y policías estelares, inventa colores de power rangers, hasta que la historia y los personajes se paran por completo, como si la pua del disco de la vida saliera del surco, con el efecto audible bien notorio, el mundo se para para Marco: aparece Georgina.

Otra minuatura, pero de 7 años, "una nena grande" que corre desde su casa hasta la trepadora, y el pequeño Latre se queda brazos caídos, pegados al cuerpo y su cabeza sigue el trote de la pequeña como si fueran los ojos del sagrado corazón que te sigue...

Ella se dedica a charlar con sus otras amiguitas, a ver el mundo desde esa altura y el Toto, se acerca, como atraído por un imán, a preguntarle cosas sin sentido, con el sólo hecho de estar cerca. ella lo manda a ver si llueve en la punta de la plaza, a que junte palitos, y disfruta verlo perdidamente perdido.

Como reflexión, mientras sigo sentado en el banco de madera viendo a mis dos vástagos disfrutar de ese material valioso que es la niñez, me doy cuenta que todo hombre, siempre cae bajo el influjo del efecto Georgina, a la edad que sea, no importa, no se categoriza por tiempo emocional, te puede pasar a las 4, a los 18 ó a las 60, como tio Aníbal, que se encontró con otra Georgina y se mudó a Mar del Plata.

A mi, a la edad de 6 me tocó el efecto Victoria, mi vecina más grande, la hermana de Analía, estaba perdidamente enamorado, juntaba palitos, iba hasta la esquina a ver si llovía, y creo (según cuentan mis viejos y mi hermana) hice las mil y una boludces con el hecho de estar cerca, hasta que un día, en una de las primeras fiestas "asaltos" a la que asistí, en plena década del 80, un maldito Phill Collins sumado a un tal "Alejandro" me hicieron ver la cruel realidad, ella estaba "chapando" con otro y yo, estaba bailando en la vereda.

Hoy tengo mi propia Georgina, que también me hizo juntar palitos, ir a la esquina, pero a diferencia de las otras, con ella me casé, tuve 2 peques y ahora estamos manejando un barquito en medio de una tormenta, es como el último capítulo de Lost, de repente, cuando ya tenías todo para salir, un pelotudo, te cambia el rumbo de la Isla y te quedás en medio del océano, en un helicóptero sin nafta (acordate que solo se carga 50 pesos y con efectivo) y sin saber para donde ir. Como decía un ilustre, "cuando me aprendí las respuestas, me cambiaron las preguntas".

Bueno, para cerrar, una breves parroquiales: Feliz Cumple Deivid, Feliz Cumple Patrick, felicitaciones Rodri por Sofía y felicitaciones Corsa por Flora, y nuevamente Deivid por tu nuevo hijo que viene. A todos los amigoste, Salú.